
En Nicaragua, como buena parte de América Latina, a partir de los correspondientes procesos externos de globalización e internos de estabilización económica y política, ha empezado a identificar el turismo como una de las principales fuentes de divisas del siglo XXI. Como en otros tantos países en vías de desarrollo, aparte del desafío de cambiar las imágenes negativas que ofrece la pobreza, en Nicaragua existe una buena oportunidad para aprovechar y consolidar un elevado potencial turístico en un territorio con altas expectativas y con alicientes para la inversión.
En el caso concreto de Nicaragua, se deberia empezar a trabajar bajo concepto de turismo comunitario como una forma de revertir los beneficios en la población, y que sea esta misma población quien disfrute de los diferentes tipos de ofertas turísticas que se pretendan realizar, para lo cual se esperaria una participación directa a sus pobladores.
Desarrollar nuestro país como un nuevo destino turístico, es labor de todos, por lo que debemos dar gran importancia a la Concientización Turística, que se refiere a los valores que rescatan el amor por nuestra cultura y que nos motivan a proyectarlo al mundo.
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